En la próxima semana llegan dos importantes días para la salud. Por un lado, el 10 de noviembre es el Día de la Ciencia y, el 12 de noviembre, el Día de la Obesidad. Ambos están íntimamente relacionados, ya que los continuos avances científicos han conseguido que la enfermedad que supone la obesidad pueda evitarse o remediarse con diferentes tratamientos y metodologías.
El sobrepeso o la obesidad aparecen cuando una persona tiene malos hábitos alimenticios, no lleva a cabo ejercicio físico y, en general, su estilo de vida es sedentario e insano. La tasa de obesidad va creciendo año tras año, llegando a ser una de las grandes preocupaciones internacionales. Este aumento implica irremediablemente la pérdida de salud de poblaciones enteras, que derivan en otras enfermedades como cánceres, cardiopatías isquémicas, hipertensión arterial, artrosis o diabetes tipo 2, entre muchos otros.
Principales tratamientos contra la obesidad
Para tratar esta grave enfermedad, la continua investigación médica y científica ha logrado dar con numerosos tratamientos que logran mejorar el estado de los pacientes y conseguir que pierdan peso y, posteriormente, lo mantengan.
Muchos de estos tratamientos se realizan a través de técnicas endoscópicas, que evitan la cirugía y comportan una tasa menor de complicaciones, una recuperación más rápida y, sobre todo, una gran efectividad. El mejor ejemplo es el del balón intragástrico, que conlleva la colocación en el estómago de una esfera de látex rellena de suero fisiológico, gracias al cual el paciente conseguirá obtener una saciedad temprana durante sus comidas. Esta metodología puede lograr que en los primeros seis meses se pierdan entre 14 y 16 kg.
Por otro lado, la cirugía bariátrica y metabólica supone también un gran tratamiento ante la obesidad, gracias a la cual se prolonga la vida del paciente obeso, mejorando su calidad de vida y haciendo remitir sus posibles enfermedades vinculadas. Las técnicas más eficientes son el tubo gástrico (o gastrectomia vertical laparoscópica) y el bypass gástrico.
El tubo gástrico logra reducir la cantidad de la ingesta y, además, produce un efecto metabólico que reduce la diabetes. También evita cualquier déficit nutricional y la malabsorción. Se ha convertido en los últimos años en la técnica más demandada para la lucha contra la obesidad.
Por último, otra de las técnicas más aceptadas y solicitadas es la del bypass gástrico, considerada la Golden Standard o Técnica Patrón Oro, y que consiste en reducir el estómago, logrando así disminuir el sobrepeso en un 70-80%, ayudando además a que los pacientes con diabetes tipo 2 lleguen incluso a no necesitar medicación.
Sin duda, todos estos avances científicos y médicos son los que hacen posible salvar y mejorar la vida de millones de personas en todo el mundo que, de otro modo, probablemente tendrían una esperanza de vida mucho más corta y una calidad de vida claramente desfavorable.