El pasado 20 de marzo se celebró el día de la felicidad y desde el punto de vista médico es interesante poner la mirada en las personas obesas. Durante años, se ha dicho que este grupo de la población se caracteriza por disfrutar de los placeres de la vida.
De hecho, es un asunto que tal vez tiene connotación cultural, puesto que en muchos países, la presencia de abundante y buena comida es uno de los aspectos mejores valorados en cualquier clase de evento. De modo que, el placer generado por la comida tiende a relacionarse con la felicidad.
Sin embargo, es sabido que la felicidad trasciende de lo que puede percibirse mediante los sentidos. Más que algo sensorial, es un estado en el que se encuentra la persona y cuya motivación son diferentes factores. Entonces, ¿será cierto que las personas obesas son felices?
Felicidad de los obesos, ¿mito o realidad?
La felicidad es un estado producto de la presencia de diversos elementos en la vida de la personas. Aspectos como la salud, el amor, la estabilidad económica, la condición espiritual y algunos elementos externos como la cultura, el entorno social o laboral.
Entre estos elementos, también figura la apreciación personal, puesto que ella es un factor que incide directamente en la satisfacción que cada individuo tiene consigo mismo. Es por ello que, pese a los placeres que caracterizan la vida del obeso, la felicidad no es necesariamente una constante.
De hecho, condiciones derivadas de la obesidad como otras enfermedades, las limitaciones físicas y el impacto emocional que dicha condición supone, las personas obesas figuran entre las más infelices. De modo que es un mito la felicidad que se alude a quienes padecen de obesidad.
Obesidad e infelicidad en niños
Un sector de la población muy importante cuando se trata de obesidad, son los niños. El índice de niños que padecen esta condición sigue en aumento y con la misma velocidad con que asciende la prevalencia de la obesidad infantil, desciende la autoestima de estos.
En la actualidad, es indudable la relevancia que la apariencia física tiene como elemento condicionante de la aceptación social. La prueba de ello, es el alto nivel de denuncias de bullying que se registran diariamente en los centros educativos. Muchos de estos ataques están dirigidos a niño con sobrepeso y generalmente la autoestima es la más afectada en tales casos.
Todo ello supone un reto social tanto desde el punto de vista sanitario como psicológico. El aumento de la obesidad infantil es una constante en la mayoría de los países. Por tanto, con ella, también asciende el nivel de abusos y la inconformidad que los niños con sobrepeso sienten consigo mismos.